Cuenca es una tierra de sorpresas y no sólo en el ámbito histórico, paisajístico, empresarial o gastronómico. También en lo personal. Y es que existen muchas iniciativas a lo largo de la provincia que están relacionadas con el beneficio mutuo de sus ciudadanos, así como de una participación social necesaria e imprescindible.

Una de estas iniciativas es la que se realiza en el municipio de Cañete, donde en dos puntos de la población pueden encontrarse libros libres, esto es, volúmenes que están en la calle a la espera de ser usados.

Llama enormemente la atención el civismo que muestra esta original propuesta. Por una parte los vecinos disponen de libros de diversos géneros y temáticas. Por otra son esos mismos vecinos los que dejan sus propios volúmenes al alcance de otros para que la cadena no caiga. Esa relación simbiótica, comunitaria y cercana es la que hace que todo funcione y la que permite que el ciclo de recogida y entrega no pare.

No hay libro malo. Si alguien tiene un ejemplar en casa que no le gusta por su género o contenido seguro que otro encuentra en él un tesoro. Si una obra no tiene cabida ya un hogar por falta de espacio siempre será bien recibido en el espacio común de lectura.

Leer no sólo es un placer, sino también una manera de educar, de socializar, de aprender. Qué mejor manera que esta magnifica idea (que ya lleva años poniéndose en práctica) para generar conciencia de que la lectura debe estar al alcance de todos.